
Octubre, noviembre y diciembre, meses de cierre y también de gran actividad. El final del año se vaticina entre reflexiones y festividades, pero para muchas personas, también puede ser un periodo marcado por el estrés y la ansiedad.
El cambio de estación que nos anima a relajarnos lejos de una oficina, las reuniones de amigos para cerrar el año y los compromisos que se acumulan. Aún queda trabajo por hacer y esta época del año puede ser particularmente estresante para muchas personas.

¿Qué causa estrés en este período?
Aumento de la Carga Laboral: Muchas empresas cierran el año fiscal en diciembre, ésto lleva al aumento de responsabilidades y presión para cumplir con los objetivos. Si las tareas se acumulan, naturalmente generan un ambiente laboral donde reina el estrés.
Compromisos Sociales: Con la llegada de las festividades, las reuniones familiares, las cenas de empresa, los encuentros con grupos de amigos y otros eventos sociales; se multiplican las condiciones para sufrir ansiedad, más aún si se siente la presión de cumplir con las expectativas impuestas.
Gestión Financiera: Las compras navideñas y los gastos asociados a las celebraciones pueden originar nerviosismo y preocupación económica. La presión por participar en actividades, hacer regalos a los afectos y llegar bien al final de cada mes puede ser abrumador.
Clima: El cambio de clima y la temperatura pueden afectar el estado de ánimo de las personas. El clima más caluroso, en algunas zonas húmedo o caóticamente cambiante puede contribuir a la sensación de exaltación constante y agotamiento.
Impacto Psicológico y Laboral
El estrés acumulado en estos meses puede manifestarse de diversas maneras:
La presión constante puede desencadenar episodios de ansiedad y, en algunos casos, contribuir a la depresión, especialmente en personas predispuestas a trastornos del estado de ánimo.
En el entorno laboral, el estrés puede afectar la concentración y la motivación, llevando a una disminución de la productividad.
El estrés también puede influir en las relaciones interpersonales, generando conflictos familiares o dificultades en la comunicación con colegas.
Consecuencias a Corto Plazo
Lo bueno y lo malo, las consecuencias del estrés se hacen sentir físicamente y pueden ser inmediatas:
– Fatiga: Tanto física como mental, lo que puede afectar la salud general.
– Problemas de Sueño: El insomnio o la mala calidad del sueño son comunes en situaciones de estrés elevado.
– Aumento de Errores: En el trabajo, la falta de concentración puede llevar a cometer errores, lo que a su vez puede incrementar la presión.

¿Cómo lo evitamos? Consejos y tips para prevenir el estrés
Los meses de octubre, noviembre y diciembre pueden ser un reto en términos de estrés, pero con una planificación adecuada y la implementación de estrategias de autocuidado, es posible navegar esta época con mayor tranquilidad. Prevenir el estrés no solo mejora la calidad de vida, sino que también contribuye a un ambiente laboral más saludable y productivo.
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